sábado, 1 de mayo de 2010

Regresé de ti
no con las manos vacías
porque te dejé mis manos
y el hueco que se arruga entre ellas,
te dejé mi puño
y mis dedos medio e índice...
no, no
no pude hurtarte nada
ni retornar sola a mi entierro,
simplemente, me quedé en tí,
que solo allí se que estás,
aunque te vea en todos lados.

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