Bajé a la rivera a beber de sus ojos. Me reconocí en el reflejo y me lancé al fondo para hallarme mas no hice otra cosa que encontrarlo. Ahora sé que no somos iguales y es por eso que no puedo dejar de bajar a esa corniza a platicar y escuchar y empaparme con su agua.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario