Esta es la Luna. Esto es la noche profunda como la mirada de una mujer embarazada. Este es el silencio debajo de las estrellas. Y los fuegos colgantes iluminan nuestra mente hacia el camino. Esta es la Luna, sola. A veces tiene la tierra como cuerpo, soberbio como una montaña natural, a veces tiene el cuerpo extendido como el mar, y a veces lo tiene dispuesto: rígido y suelto como un árbol en celo.
De lejos todo parece quieto, pero ella no está flotando en silencio, ella va atravesando las ráfagas y el ruido del tiempo. Va aceptando su odisea.
2 comentarios:
Muy sonoro, como poesía en prosa. Me gusta.
Gracias Javier, parte importante de esta entrada es el ritmo, que bueno que lo hayas percibido.
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