Al borde del barranco me quedé sentada entre la tierra blanca y la hojarasca. Era eso tan parecido a la orilla del mar -al final, las orillas y bordes son muchos, talvez, siempre le buscamos final a nuestras estructuras-; asi como me he creído sentada en alguna de las aristas de mi mente, aparentando distracción. Las olas venían como cantos de ave que chocan entre las honduras, acarreaban hojas muertas, pedazos viejos de embarcaciones corroidas; las olas y los cantos venian como sueños puros e inocentes que traían con su impetud recuerdos violados, exagerados,vivos.
Entre la arena, el agua, la tierra blanca: el vacío y el vacío. Alli se formaba un torbellino, un caos asimétricamente poderoso.
Depronto, a veces aparecen enormes muescas... todo parece discontinuo y a veces, parece no haber diferencia. Real e irreal, real y real, irreal e irreal, todo es competencia? Todo es complemento? O todo es la misma cosa con diferente nombre? Esque siempre tratamos de buscarle el final a nuestras estructuras. Aqui voy como una línea de luz llevando todo mi pasado como lo mismo, si fuera una estrella mi pasado sería de la misma manera mi caracteristica peculiar en mi presente: sería luz. Aquí voy llegando poco a poco sin bordes, soy todo este remolino conformado entre el vacío, regreso llenando todo con mi irrealidad y mi realidad, arrasando con los bordes, el retorno lo trae todo, elimina la arena, la tierra blanca, anula la propia mente. No es que aveces esté distraída; aveces si, demasiado concentrada.
octubre
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