A esta calle se arrojan varias cosas. La gente pasa sin detenerse, sus colores, sus formas, sus perfumes, sus muecas, todas, incontenibles aun el viento en contra, ninguna tiene tanto peso como para quedarse detenida en una imagen. Aquí se arrojan varias cosas, los enfados, las lágrimas, los porqués, las meditaciones vagabundas van tratando de encontrar un refugio. Llegan flotando también los muertos, las caravanas, las carrozas de ensueño, las marchas automáticas, se dejan venir los escombros de barcas, de montañas, la basura, los volantes viejos, los zapatos colgantes. En esta calle desembocan las brisas , los vientos irreverentes, fríos, calurosos, las majestuosas tardes que se desbordan de celajes exóticos, los riachuelos después de las lluvias que se filtran calle arriba. Hasta acá he llegado yo, absorta ante tanto movimiento, con tantas ganas de ser algo, ojalá un poco menos efímero.
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