La noche que llamaste,
no pude hacer mas
que salir a ver las estrellas.
Había frío y el viento no traía nada tuyo. Solita tu voz
se iba y venía como marea...
y en la noche
se meseaba lentamente
cobijada entre mis sueños,
usando mi cabeza como una cuna.
Y te quedaste dormido
entre mis fantasías.
Yo todavía te sigo cantando
las mismas canciones,
esperando que algún día despertes
y pueda
al fin encontrarte.



No hay comentarios:
Publicar un comentario