La semana (hablo de tres días) transcurre en el latir de un libro que coqueteo con ella varias veces, y ahora que lo toma le encuenta en su historia actual, su animo, su conciencia.. sera por eso que no debia leerlo antes? Otra vez la magia -piensa o quiere creer-; no, otra vez, mas bien, alucina.
Aunque le incita a una extraña rutina al atardecer, a la extraña ceremonia del viento frio que contrasta con el resto de estos días calurosos, a la temporada exacta del día, que finaliza con el nacimiento de la noche y el fin de su lectura diaria y la dificultad de seguirlo haciendo ante la escasez de luz. Talvez sea una alegoria de lo que quiere que signifique el libro, dentro de si, muere algo, nace algo, muere lo rutinariamente conocido, nace la noche a la que ahora ve con menos miedo y trata de descubrir sus detalles -y deja los prejuicios de luz-... o talvez solo sea, el cambio del ciclo diario, el ciclo universal mas bien, a lo que todos llegamos con el paso del tiempo, la alborada, la lunada, la transición, la reencarnacion del cielo y del alma que vuelve.
Sera la puerta? -se pregunta-, cuando otra idea termina y se pierde entre el sueño y la esperanza de lo que pasará mañana. Se reconoce ciegamente.
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